De eso avisó a los congresistas estadounidenses el administrador de la NASA, Charles Bolden, quien atribuyó la situación a un error de planificación anterior. “La primera oportunidad para mandar a una tripulación sin la ayuda de Rusia aparecerá solo en 2017”, advirtió en su ponencia. “Yo sé que ustedes no quieren hacerlo —agregó refiriéndose a los gastos obligados—, pero tendremos que pagar precisamente ese precio”.
El envío de los astronautas y las cargas para ellos ha sido asegurada por contratos pertinentes con la parte rusa hasta la primavera del 2016. Bolden anunció que para el próximo año un total de 6 plazas están reservadas para los tripulantes estadounidenses en cuatro cohetes rusos con destino a la EEI
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