jueves, 4 de octubre de 2012
¿Se develará finalmente el misterio del Nido del águila de fuego?
¿Fue aquello la erupción de un volcán, la caída de un meteorito o el desplome de una nave interplanetaria?
Científicos rusos se proponen poner el punto final a los debates sobre el origen de un lugar de los más misteriosos del planeta: el cráter de Patomski, de Siberia Oriental. En la primavera de 2013 viajará hasta ese punto geológico excepcional de la provincia de Irkutsk la ya novena expedición científica.
El cráter de Patomski se eleva sobre la taiga siberiana como una pirámide egipcia. Los cazadores del lugar lo denominan Nido del águila de fuego. Ese cono gris de cuarenta metros de caliza, visto desde un helicóptero, se parece realmente a un enorme nido. Su diámetro es de ciento sesenta metros, casi dos veces mayor de una cancha de fútbol. Su cima es plana, y en el centro, como un huevo gigantesco, se encuentra una colina de doce metros. El director del Instituto de la Corteza terrestre, Dmitri Gladkochub considera que, no es del todo correcto definir de cráter tal altura:
Por cráter se entiende una cavidad. En primer lugar, este es, por el contrario, un cono, es decir, una forma de relieve positiva. Y en segundo lugar, por cráter se entienden formas tales de relieve que surgen como resultado de la caída de cuerpos celestes.
Ocho expediciones científicas intentaron establecer el origen del Nido del águila de fuego. Pero, no fueron confirmadas ni la hipótesis de un meteorito ni la ufológica sobre la formación de tal altura. Las informaciones reunidas permiten suponer que sería un denominado “criovolcán”. Este pudo haber surgido, hace unos quinientos años, en las condiciones de hielos eternos, es decir, en el período glacial menor.
Dmitri Gladkochub explica como pudo haber surgido un lugar de forma tan insólita:
Simplemente que, como resultado de la congelación inveterada de los focos de aguas subterráneas tenía lugar su hinchamiento en dirección a la superficie. Una vez que cambió el clima, llegó el calentamiento, el hielo en su interior se derritió. Y la parte central de este bulto, bajo la acción de la fuerza del peso se desplomó generando tal estructura.
El científico no excluye que el cráter de Patomski continúe formándose. Y para comprobar tal hipótesis, en algunos puntos de la elevación han sido instalados sensores especiales. Si los científicos descubren el año que viene que su situación cambió, significaría que el cráter está vivo. Dmitri Semionov, participante permanente de las expediciones lo explica así:
Después de la última expedición, de hace dos años, se obtuvo una información que requiere precisiones. Por ejemplo, geofísicos del Instituto de Minería de los Urales realizaron allí un estudio geodésico preciso. Ahora es necesario viajar hasta el lugar y ver cómo ha cambiado el cráter: si desciende, se eleva o se extiende.
En la expedición de 2013 se planea llevar a cabo nuevas investigaciones. Los equipos y aparatos modernos de medición ayudarán a investigar el cráter a una profundidad de hasta un kilómetro y medio y obtener el máximo de información exhaustiva de su estructura.
El cráter de Patomski fue descubierto por el geólogo de Irkutsk Vadim Kolpakov, en 1949. Desde entonces que el Nido del águila de fuegoinquieta a los científicos de todo el mundo. Las autoridades de la provincia de Irkutsk deciden, actualmente, la creación en el lugar de un centro geológico que tendrá una zona de protección especial.
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